Ya no soy un niño
Cuando termina nuestra niñez y pasamos a ser adolecentes algo se enciende en nuestro cerebro, y yo diría que también en nuestro corazón. Nos enteramos de que nuestros padres y los adultos a nuestro alrededor no son perfectos y no lo saben todo; nos enamoramos y nos rompen el corazón; empiezan las dudas acerca del futuro y de qué quermos ser.

Luego llega la juventud, ya no somos niños ni adolescentes, pero tampoco somos adultos. Nuestro cuerpo cambia y “más neuronas se encienden en nuestra cabeza”. Muchos tenemos dudas acerca de nuestro futuro, cambiamos de opinión constantemente y mientras nos acercamos a la adultez los amigos empiezan a alejarse, a tener novia o novio, a trabajar y puede que empecemos a sentirnos solos.
Y si ya eres adulto y estas en esa transición hacia la vida responsable, es probable que ya te hayas dado cuenta que la vida no se vuelve más fácil y que mientras más cosas resuelves, más dudas y retos aparecen de la nada.
Crisis existencial
Tal vez ya has pasado por eso, y si no es así, creeme, ya lo pasaras; y no solo una vez, serán muchas.
Ya veras que llegan momentos en los que no estamos seguros de lo que hacemos, si estamos yendo a algún lado, si mejor hubiéramos escogido otro trabajo o carrera.

Puede que lo que antes te hacía feliz ya no te llena y no sabes por qué. O te ha pasado que evitas estar solo o en silencio simplemente porque en esos momentos tu mente empieza a cuestionarte: ¿qué rayos estás haciendo?, ¿vale la pena el esfuerzo?.
¿Sabes otra cosa? Lamentablemente todos fracasamos alguna vez, a todos nos traicionan, a todos nos hieren y eso puede traernos sentimientos de soledad y abandono que nos hace pensar que nuestra vida no tiene sentido.
Y ni te digo de las épocas en que todo parece estar saliendo mal.
Refugiate en Dios
“Dios es como una alta torre; hacia él corren los buenos para ponerse a salvo.”
Proverbios 18:10 TLA
Entre todo ese lío que es crecer, quiero decirte que es importante y necesario que comprendas que Dios es el mejor y único refugio seguro para ti. Por eso, si estas atravezando por una crisis existencial, por una mala temporada o por momentos de duda, acercate a Dios y en Él encontraras refugio.
Antes de confiar tus problemas a alguien que te va a aconsejar un escape fácil en vicios, violencia o placeres, confiale tus angustias a Dios. Con esto no te digo que tus problemas van a desapercer, pero si tendrás la fuerza para salir adelante, y un punto a que aferrarte en la oscuridad, como un faro en la tormenta que evita que choques contra las rocas.
La crisis pasará
“Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón.”
Jeremías 29:13 TLA

Decían los abuelos “no hay mal que dure cien años”. Esto que estás pasando, esa soledad, esa duda, ese abandono, esa traición, o cualquier otra crisis existencial, incluso el dolor de perder a alguien, todo pasará y tendras que seguir viviendo. Y yo te recomiendo que no lo enfrentes solo. Dios está ahí para ti, Él no te perseguira o te acosará para que “por favor lo busques”, pero si lo haces, el responderá y te rescatará.
Y termino diciendo una vez más que no tienes que pasar solo por tu crisis. Busca a tus amigos (los buenos, no los “pintas”), pero sobre todo, busca a Dios, porque en caso de que todo mundo te falle, Él no lo hará y es el único que puede llenar cualquier vacío y ayudarte a salir de tu crisis existencial.