Quisiera ser especial

Supongo que, como yo, has querido sobresalir entre todos a tu alrededor, Que un día llegue una misterioso hombre con sombrero a decirte que un millonario excéntrico era tu tío y te acaba de heredar una gran fortuna. Que alguien te escuche cantar, o lea lo que esribes y te proponga un gran contrato. Que un día descubras que eres el elegido para algo enorme y tu vida cambie para siempre.
Pero la realidad es que probablemente seas tan normal como yo, y algo como eso no te ocurra nunca.
Es más, en el mundo real hay gente tratará de hacerte de menos o que pensará que no tienes nada especia. Tal vez ya te has encontrado con ellos entre tus amigos o incluso tu propia familia. pero lo peor de todo es cuando tú mismo crees que no eres capaz de destacar y hacer cosas grandes.
La verdad que quiero que sepas hoy, es que si naciste en esa familia, estás en ese trabajo, en ese colegio, en esa iglesia, o en donde sea que estés, es porque Dios quiso que estuvieras ahí porque tiene un propósito para tí.
No es cómo te veas, es quién eres
“Cuando llegaron, Samuel vio a Eliab y pensó: «Estoy seguro de que Dios ha elegido a este joven». Pero Dios le dijo: «Samuel, no te fijes en su apariencia ni en su gran estatura. Este no es mi elegido. Yo no me fijo en las apariencias; yo me fijo en el corazón»…”
1 Samuel 16:6-7, 10-11 TLA

David (el famoso rey de Israel) era el más pequeño de sus hermanos. En ese entonces un profeta era el que, con la dirección de Dios, escogía al rey. Samuel (el profeta en ese momento) fue a la casa de Isaí por que ahí estaba el próximo rey que debía elegir. Lo que encontró fueron guerreros altos, fuertes, inteligentes y aparentemente capaces. Pero al consultar con Dios, el le dijo que ninguno de ellos era adecuado, que pidiera que le trajeran al otro hijo, el que no tenía importancia para ellos.
“… Isaí le presentó a Samuel siete hijos suyos, pero Samuel le dijo que ninguno de ellos era el elegido de Dios. Finalmente, le preguntó a Isaí: —¿Ya no tienes más hijos? entonces Isaí le contestó: —Tengo otro, que es el más joven. Está cuidando las ovejas. Samuel le dijo: —Manda a llamarlo, pues no podemos continuar hasta que él venga.”
1 Samuel 16:6-7, 10-11 TLA
David era menospreciado por su familia por ser jóven, bajo y, usando un poco mi imaginación, le gustaba la música y hablar con los animales. Pero Dios sabía quién era realmente y decidió elegirlo a él.
Pero, hay otros mejores y tengo miedo
“—Pero, Señor —respondió Gedeón—, ¿cómo podré yo rescatar a Israel? ¡Mi clan es el más débil de toda la tribu de Manasés, y yo soy el de menor importancia en mi familia! El Señor le dijo: —Yo estaré contigo, y destruirás a los madianitas como si estuvieras luchando contra un solo hombre.”
Jueces 6:15-16 NTV

¿Has oido hablar de Gedeón? en resumen, Israel estaba en guerra (para variar) y sus enemigos destruían todas sus cocechas y los acosaban constantemente. El padre de Gedeón lo enviaba a limpiar el trigo, justo frente al enemigo. ¿Por qué? bueno, si lo mataban no se perdía mucho.
En una de sus salidas Dios le dijo que quería que él rescatara a Israel, y como es de esperarse, él tenía miedo y no quería hacerlo. Pero, para hacérselas corta, Dios le dijo que no lo escogía por sus grandes habilidades y su linage distinguido, eso no le interesaba. Lo escogió porque era valiente y, basicamente, porque él quería elegirlo. Al fial, Gedeón guió un pequeño ejército y liberó a Israel.
Tú puedes, porque Dios te eligió

Es normal que el ánimo caiga y que no quieras seguir, nuestra mente no siempre está de nuestro lado y nos traiciona en cuanto tiene oportunidad. Pero cuando esto suceda, recuerda que no importa si eres más bajo, tienes menos dinero, has estudiado menos, te despidieron, o cualquier otra cosa que te haga pensar que no lo lograras o que no das la talla, recuerda que Eres elegido por Dios y tienes un propósito.
Eres elegido para hacer el bien, para tener iniciativa, para ser guia de otros; para usar tus habilidades, salir adelante y sacar adelante a otros; para triunfar, y más importante, para servir y amar a Dios.